«Efecto Macbeth», lavarse las manos y la conciencia
El origen del término procede de la obra del genial Shakespeare, Macbeth. En ella, Lady Macbeth convence a su marido para asesinar al rey Duncan. Tanto fue su sentimiento de culpa después de aquel crimen que, aun a pesar de lavar la sangre de sus manos, seguía viéndolas ensangrentadas.